Otro engaño de un modelo económico que sacraliza la propiedad privada y que, especulando con la necesidad de vivienda, plantea su propiedad como un elemento de inversión.
Inversión para especuladores, a los que conviene su constante incremento de valor, aunque ese incremento hipoteque de por vida a quien necesita un techo como derecho recogido en la Constitución y la Carta de Derechos Humanos. Así, el precio se triplicó entre 1997 y 2007, mientras los salarios reales descendían.
Acaparando viviendas vacías y sin ponerlas en alquiler favorecen la subida de los alquileres, incentivando la compra. En España solo el 11% de viviendas lo son en régimen de alquiler, frente a una media del 30% en Europa.
Pero el valor REAL de una vivienda es mucho menor y tarde o temprano estalla la burbuja.
Entonces nos acordamos que la duración media de una hipoteca es de 30 años, durante los cuales buena parte de los ingresos familiares son para el banco.