((sobre idea de Oscar))
Eso lo dice quien no conoce más interés que el suyo propio. No le cabe en la cabeza que alguien se preocupe de los demás o de lo común. Es increíble que algún ciudadano vote a quien no le interesa lo común como no sea para apropiárselo.
Esos gobernantes, no permiten los presupuestos participativos; ponen trabas a fiscalizar el destino del dinero público; actúan sin transparencia en las cuentas de sus propios partidos; limitan la acción del Tribunal de Cuentas; engañan cuando dan de tapadillo el dinero a sus amigos empresarios, fundamentalmente si son banqueros.
Todo ello nos lleva a la grave crisis económica e institucional que vivimos y que degrada la imagen de la política y de lo público.
Pero lo público sí es de alguien: Es nuestro. Y funciona mejor que lo privado si se gestiona con criterios de participación y control descentralizados, y con decencia. En definitiva, si no se entrega a la minoría privilegiada.