En un mundo en el que nos acercamos al límite de los recursos un mantra repetido de forma constante por parte de las empresas y gobiernos es que no nos preocupemos, que es posible continuar creciendo usando cada vez menos materia y energía para ello.
La economía ecológica dispones de un indicador, el Requerimiento Total de Materiales (RTM) que señala cuanta materia necesita una economía para funcionar. La evolución de este indicador en la UE, el territorio del planeta que dice estar más avanzado en su desmaterialización económica es creciente. Además, su proyección es la de que va a continuar incrementándose.
Se debe añadir que, en la UE de los quince la gran mayoría (88%) de los materiales requeridos son no renovables y cada vez vienen de más lejos. Es decir, que la economía no está en proceso de desmaterialización sino todo lo contrario.
Si revisamos estos datos a nivel global descubrimos que el consumo material de la economía mundial no para de crecer y que su composición también es mayoritariamente no renovable.
Un segundo mito relacionado es el del desacoplamiento del crecimiento del PIB con el consumo energético. Es verdad que en algunos casos se ha conseguido un aumento menor del consumo energético frente al del PIB, pero en ningún caso han dejado de crecer ambos indicadores en términos absolutos (salvo a causa de la crisis). De este modo, el crecimiento del consumo energético en la UE es constante. El hecho de incrementar el consumo de energía a una velocidad menor, no impide que vayamos a alcanzar los límites de nuestro planeta.
Es preciso reducir de forma drástica la esfera material de la economía. Con el modelo productivo actual, crecimiento y desmaterialización son incompatibles.
Ecologistas en acción
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