Desde diferentes medios nos llega continuamente el mismo mensaje: Solo saldremos de la crisis si todas y todos arrimamos el hombro. No es el momento de pensar de manera egoísta sino de remar en la misma dirección para salvar el país, lo cual implica cierto sacrificio. Además, éste es justificado por que todas y todos hemos contribuido en generar la crisis al vivir por encima de nuestras posibilidades. Es decir, hemos gastado más de lo que ingresábamos hasta límites irrazonables.
¿Es verdad? Echemos un vistazo a los números. En 2010 la deuda española llegó a ser aproximadamente el 355% del PIB. El 16% fue generada por las Administraciones Públicas, el 21% por las familias (tres cuartas partes en hipotecas), el 31% por las empresas y el 32% por los bancos. Es decir, el sector financiero y las empresas relacionadas con la construcción generaron más de la mitad de la deuda al calor de la burbuja inmobiliaria, acumulando ingentes beneficios. Mientras tanto, las familias lograron una hipoteca de por vida.
Por otro lado, por efecto de la crisis,el Estado vio como rápidamente disminuían sus ingresos y aumentaban sus gastos, a lo cual ayudó una política fiscal centrada en gravar las rentas del trabajo y una política de gasto que fomentó durante años nuestra estructura económica basada en el ladrillo. Pero a pesar de ello, hubo dinero público suficiente para salvar a los mismos bancos que nos metieron en la crisis, los cuales siguen sacando beneficio especulando con los títulos de deuda pública en los mercados financieros.
Ahora, aquellos que se beneficiaron con la deuda y continúan haciéndolo, nos exigen sacrificios en forma de políticas de recorte de derechos y gasto público para dirigir todos los recursos posibles al pago de su deuda. Pero, ningún gobierno nos preguntó si estábamos de acuerdo con estas medidas, ni si aprobábamos los rescates bancarios, simplemente decidieron agradar a aquellos que manejan los mercados financieros, la Comisión Europea, el BCE y el FMI. Pero el pueblo tiene derecho a saber que parte de la deuda es ilegítima y a decidir democráticamente que hacer con ella y su futuro.
POR UNA AUDITORÍA CIUDADANA DE LA DEUDA.
¡¡NO DEBEMOS!!
¡¡NO PAGAMOS!!
Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda, ¡No debemos! ¡No pagamos!
[…] La deuda es nuestra responsabilidad: tenemos que pagarla […]